Bienvenida

Publiqué este blog como un ejercicio en un curso de estos de “formación permanente”: las cien horas que hay que hacer para tener sexenios. Nunca me pareció serio. Siempre pensé, además, que el sentido de un blog para comunicarse con ocho alumnos, a los que ves cuatro horas a la semana, es muy discutible… Lo que tenga que decir, o hacer, o exigir, lo puedo hacer mejor y más cómodamente, cara a cara. Aún más, comparto a medias la opinión, que alguna vez oí, de que un blog es una muestra y una obra de egolatría –aunque no fuera mi caso. Y para acabar, no tengo cuenta en ninguna red social –ni facebook, ni twitter, ni tuenti. También prefiero, a los pocos amigos que tenga, tenerlos cara a cara.

Subí al blog lo exigido, los cuatro cachivaches –gadget- que “la casa” provee. Y así ha estado, apenas sin usar todo este tiempo. Aún así, las entradas están etiquetadas: si algún alumno quiere buscar información relevante o material específico para su curso, puede picar la etiqueta correspondiente.

Ahora, y a pesar del pudor que me provoca esta decisión (por aquello de la egolatría), en vez de borrarlo, he pensado en utilizarlo para publicar lo poco que tenga que decir: mis opiniones sobre la educación, sobre lo que me sucede como profesor (educador, como se dice ahora), lo que me sugiere lo que leo sobre educación… Iba a escribir que no creo que estas opiniones importen a nadie…, lo he escrito, y escrito queda; pero tampoco me importa, o mejor: menos me importa eso. El imposible anonimato –el propio vehículo, y las técnicas de búsqueda en él, lo impiden- me da la falsa confianza que preserva el pudor que antes confesaba.

Después de esta declaración de principios, iré pues subiendo esas opiniones. La primera entrada es la propia crítica al rimbombante título de este blog: " ¿Conocimiento y entorno?... ¿Qué entorno?". Luego vendrán más.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

¿Conocimiento y entorno?... ¿Qué entorno?


Lo he repetido muchas veces. Tanto la experiencia, como la comunicación de la misma. Es el “comienzo”. Puede ser 1º de ESO –comienza el temario de “Ciencias Naturales “con Astronomía, o incluso 1º de Bachillerato en “Ciencias para el Mundo Contemporáneo” –comienza el temario con Astronomía…, o se puede repetir en cualquier nivel, como un inciso en la materia que se esté tratando.
 Para no sesgar la descripción, la reconstruyo aproximadamente:
“A ver, antes de comenzar quiero que respondáis a una pregunta. ¿Podéis prescindir de una hoja de papel?. Vale, coged una hoja de papel. Mejor, como somos ecologistas, dividid una hoja en cuatro partes y así ahorramos papel. Venga, escribid, arriba, como si fuera un test. Por supuesto, no hace falta poner el nombre. Un guion, comillas "Yo veo que". ¿Lo tenéis todos?. Pues ahora en fila, cuatro posibilidades, y redondeáis luego una:
a.     El Sol da vueltas a la Tierra.
b.     La Tierra da vueltas al Sol.
c.     Todo da vueltas.
d.     Yo no veo nada.
Hala, ¿habéis respondido todos? No os mováis, ya lo recojo yo.”
El resultado es generalmente un pleno de "aciertos". Todos ven que la Tierra da vueltas al Sol. O casi todos. Están los provocadores que responden que no ven nada, o que ven que todo da vueltas, o incluso que ven que es el Sol el que da vueltas a la Tierra…
No, es probable que los alumnos no vean nada, no hayan visto nunca nada: la humanidad tardó  miles de años en hacerse esas preguntas y en responder algo más que a base de mitos. Pero es que además eso –que la Tierra da vueltas al Sol- lo han visto: en las películas, en los libros, en el cine…
Que la realidad es una realidad construida no se limita al universo –valga la metáfora- de las relaciones sociales. Que la observación no está libre de teoría no es psicologicismo banal o tópico de debate de praxis revolucionaria. Es una simple constatación de lo que debe entenderse, a mi parecer, por sentido común.
Y por ello, lo que este ejemplo cuestiona (vuelvo a repetir: en mi humilde opinión) es la “ingenua” –o no tan ingenua- pretensión de aproximar los conceptos científicos desde la observación –una observación colmada de prejuicios, insisto- percibida por los alumnos.
No voy a alargarlo más. Como opinión está suficientemente desarrollada. El análisis profundo está fuera de lugar en un blog. El debate, si lo hay, queda por supuesto abierto.