Bienvenida

Publiqué este blog como un ejercicio en un curso de estos de “formación permanente”: las cien horas que hay que hacer para tener sexenios. Nunca me pareció serio. Siempre pensé, además, que el sentido de un blog para comunicarse con ocho alumnos, a los que ves cuatro horas a la semana, es muy discutible… Lo que tenga que decir, o hacer, o exigir, lo puedo hacer mejor y más cómodamente, cara a cara. Aún más, comparto a medias la opinión, que alguna vez oí, de que un blog es una muestra y una obra de egolatría –aunque no fuera mi caso. Y para acabar, no tengo cuenta en ninguna red social –ni facebook, ni twitter, ni tuenti. También prefiero, a los pocos amigos que tenga, tenerlos cara a cara.

Subí al blog lo exigido, los cuatro cachivaches –gadget- que “la casa” provee. Y así ha estado, apenas sin usar todo este tiempo. Aún así, las entradas están etiquetadas: si algún alumno quiere buscar información relevante o material específico para su curso, puede picar la etiqueta correspondiente.

Ahora, y a pesar del pudor que me provoca esta decisión (por aquello de la egolatría), en vez de borrarlo, he pensado en utilizarlo para publicar lo poco que tenga que decir: mis opiniones sobre la educación, sobre lo que me sucede como profesor (educador, como se dice ahora), lo que me sugiere lo que leo sobre educación… Iba a escribir que no creo que estas opiniones importen a nadie…, lo he escrito, y escrito queda; pero tampoco me importa, o mejor: menos me importa eso. El imposible anonimato –el propio vehículo, y las técnicas de búsqueda en él, lo impiden- me da la falsa confianza que preserva el pudor que antes confesaba.

Después de esta declaración de principios, iré pues subiendo esas opiniones. La primera entrada es la propia crítica al rimbombante título de este blog: " ¿Conocimiento y entorno?... ¿Qué entorno?". Luego vendrán más.

lunes, 21 de julio de 2014

No me he enterado de nada


Lo escuché en la radio a un creativo: “…cuando aún se creía que el arte serviría para redimir a la humanidad…”, y continuaba: “…ahora cuando ya sabemos que aquello no era cierto…”

Me sonreí. No, el arte no iba a redimir a los pueblos, ni la cultura, ni la economía socialista –el capitalismo de estado, o la planificación económica centralizada del partido-, ni mucho menos la educación… o, tal vez, esto sí, pero no del modo que se pensaba… ¿dónde el nuevo hombre?

Todo esto es banal. Bien sabido. Y por mi ingenuidad, ya se justificaría el título de esta reflexión. Pero ese título encabeza mucho más.

[pensaba que debería dedicarme algún momento a reflexionar no sabría bien sobre  qué y anotar mis reflexiones, y no sabía dónde, y no me acordaba de este blog, y aunque en este blog no decidí sino apuntar mis reflexiones sobre educación, luego he pensado que a santo de qué, si este blog es sólo mío]

Desearía que fuera sólo una cuestión de edad, de maduro o mediocre desencanto; pero sería engañarme. Desencanto, sí; pero maduro…

¿Me he enterado de algo? –y hablo en pretérito perfecto, en un tiempo, el de mi vida, que espero que no haya acabado: hace algún tiempo, cuando joven, escribí las absurdas memorias de un paria derrotado que moría de inanición a la orilla de un río. Escrito como una parodia, temo ahora que sus últimas reflexiones-recogidas en un rollo de papel higiénico, con su sangre por tinta, y una espina de pescado por pluma- no las suscriba yo. Se burlaba sarcásticamente de “los sabios de la antigüedad, de aquellos que su ignorancia se quejaban del absurdo de la existencia y del abandono de su dios”. Les llamaba “tontos de remate”, que “ni siquiera conocían la Tectónica de Placas”. Él, más sapiente, iba a rellenar con las más prosaicas realizaciones de su espíritu el sagrado espacio en que otro dios –él mismo- aún habitaba.

Pero, ¿es que me he enterado de algo? El poema largo, muy largo, que cielo y muerte, tierra y vida abarca, ¿dónde culmina? Unamuno bien sabía que no había sido (no estaba siendo) tejido en la soledad y la paz de una celda, la vista tendida sobre la dorada charca, sino con el humano desvivirse en las negras aguas del conflicto incesante.

No voy a continuar cayendo en la tentación de la mala literatura. Pero tengo que aclarar, depurar más, mi pregunta (sublime y ridícula y única y …).

No hay comentarios:

Publicar un comentario